Una lectura a partir del espectáculo

"La mirada de Dios": El absurdo del fundamentalismo
por Diego Braude

Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. ¿Qué más quiere, qué más quiere? Atelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Julio Cortazar

Asociación Libre:
Repetir hasta el cansancio una consigna consigue dos cosas: que sea aceptada, que pierda todo sentido. ¿Qué son acaso, si no, las palabras que pronunciamos todos los días sino un código comunicacional aceptado por nuestros interlocutores? Basta con irse a otro país para comprobar cuán frágil es este equilibrio, así como cuánto hay de común en el género humano. Una frase, un gesto, tienen una significación usualmente arbitraria… o, digamos, para que no suene tan fuerte, convencional…
Ahora bien, lo convencional también implica lo arbitrario. ¿Por qué esta señal y no otra? Lo arbitrario, por su parte, puede dar pie a lo autoritario… Esta señal y no otra. Gestos mínimos que adquieren otra vida, que se cristalizan y marcan las cabezas de la gente con atizador. Una mano levantada ya no es una mano levantada, sino otra cosa. La tensión perfecta en la musculatura, la mirada en una dirección o en otra. Tampoco ya es lo mismo no repetir el gesto con los demás.
Niñotes torpes que caminan empujados por líneas previamente delineadas, para eventos puntuales y específicos. Ensayo de ser humano que se repite una y otra vez, hasta que la máquina se rompe.
Escenario blanco, actores, actores en el sentido de que accionan, accionan en el sentido de que realizan acciones, acciones que son comandadas por otra voz, una voz tercera, o cuarta, que se encuentra por fuera – pero también está adentro -, que indica, Verbo que instruye e indica; sala blanca, abierta a las posibilidades, toda blanca, todo puede ser, actores operados a control remoto, máquinas que funcionan hasta que dejan de hacerlo. Pero, no por eso, el Verbo deja de hablar… no siempre sonará igual, pero eso es, ahí está él para llenar el vacío…
Génesis…
Porque, convengamos que la convención está para llenar el vacío que nos espanta, el de que nada hay detrás de la nada, y sólo el vacío se oculta detrás del vacío. El problema es cuando la convención cree que ya no es convención, sino que es esencia. La esencia no se discute, está ahí, existe, no importa lo que uno diga. Si es esencia, es creadora, a partir de ella todo lo demás se construye, y la idea de que es una convención se pierde. Entonces, la convención la convención la convención la convención ya no viene a llenar un vacío, a dar un sentido, sino que se explica como el sentido detrás de la máscara detrás del significado.
Señales, gestos, gestus, que se repiten, fondo blanco donde puede apoyarse y escribir cualquier cosa. Imágenes de archivo, video, sobre el espacio escénico, que lo expande. Miren. Recuerden.
Jugar, no perder la idea de juego, porque jugar un juego es jugar dentro de las reglas del juego hechas para ese juego, tomadas en serio, pero que pueden modificarse si los jugadores del juego deciden jugar a otro juego o transformar el mundo posible de ese mismo juego. Si dejamos de jugar, el juego muta y ya no es más juego, ya la flexibilidad se pierde, y sólo queda la rigidez, donde un cuerpo es quemado vivo porque cree en dioses en plural en vez de Dios en singular, porque su color de piel no es el que debiera, porque tiene la nariz más larga que todos los demás que somos normales, porque habla con voz de mujer en un cuerpo de hombre, porque… porque sí...
www.imaginacionatrapada.com.ar18/7/2008